En cuclillas
Para ser dicaz, Margarita Rubio tenía que ponerse en cuclillas y mirar el mundo no desde la silla o el sillón, sino desde la posición activa que supone tener los glúteos cerca de los talones. Es la postura natural para la defecación; presupone un descanso dinámico y dinamizador de músculos que aporta beneficios a todo el organismo.
—En vez de dicaz, ¿por qué no dices "aguda o mordaz" que son términos más conocidos?
—Resulta positivo no dejar morir palabras de nuestra lengua, no contribuir al empobrecimientos del lenguaje y al retrasamiento al que está abocada la ruleta rusa que es nuestra sociedad actual.
—¿Ruleta rusa?
Y fue ella quien contestó:
—Estamos jugando siempre con el revólver apuntando a la sien y cargado con una bala que se disparará o no al apretar el gatillo de una salida a la calle, de seguir tonteando en este mundo. ¿Acaso no te puede rebotar la enfermedad en cualquier momento, o el atropello, o el asalto de un sicario?
—Sigue, sigue, mostrando tus nieblas de acrimonia, Margarita Rubio.
Ella se puso en cuclillas nuevamente y anunció:
—Contra el retrasamiento al que nos conducen, esta es la postura para no entontecernos, anquilosarnos o morirnos sentados y estreñidos en la taza del retrete.
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