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Manotazo verdiblanco a un Kent en proceso de maduración (5-0)


El verde suele ser sinónimo de inmadurez, mientras que el amarillo representa todo lo contrario, sobre todo si hablamos de fruta. Pero si nos vamos al partido de ayer, el Betis B tuvo poco de lo primero y mucho de lo segundo. Los locales demostraron solidez y superaron al Victoria Kent, de amarillo por fuera pero algo verdes en el fondo, que todavía trata de encontrarse a sí mismo en la pista y que aún busca descubrir e imponer un estilo de juego que dé continuidad y, sobre todo, resultados.

Nada más llegar, vino el primer golpe. Aterrizaje complicado en la competición con un gol de los que valen por dos. En el marcador y en la moral. Un saque de banda que acaba en el primer tanto bético. Una mochila pesada para dificultar el arranque del Kent en el partido, que poco a poco se iba a ir deshaciendo de ella sin abandonar la media pista en defensa para tratar de salir rápido en ataque. Pero cuando ya apenas quedaba peso, cuando parecían más cómodos los visitantes, cayó el segundo gol para los de casa en una acción a balón parado desde el córner. Y así se llegó al descanso.

A la vuelta de vestuarios, a pesar del marcador en contra y del dominio verdiblanco en los primeros minutos de segunda parte en lo que a posesión se refiere, las sensaciones eran buenas. El Betis B tenía la posesión pero sin llegar con peligro a la portería de Luna. Hasta que en una acción desafortunada, tras un fallo defensivo, los locales hicieron el tercero. Un revés que dejó el partido casi sentenciado y que dejaba un panorama que exigía soluciones inmediatas para apelar a la heroica.

Presión arriba y espacios atrás que el conjunto sevillano iba a aprovechar para cerrar el encuentro de forma definitiva. En primer lugar, tras una recuperación en el juego de cinco del Victoria Kent; por último, a falta de dos minutos, después de una larga posesión para poner el quinto en el eléctronico para clausurar un partido con claro color verdiblanco desde el inicio hasta el final del choque.

Duro comienzo liguero contra un rival que explotó y demostró al máximo exponente todas sus cualidades: frescura, chispa y calidad de una plantilla con un potencial enorme que, además, tuvo todo el acierto de cara a gol que le ha faltado al cuadro dirigido por Víctor Quintero, que tratará de pasar página y corregir los errores cometidos ayer para no repetirlos en el partido de la próxima semana, cuando Peligros volverá a El Limón un par de semanas después del encuentro de presentación que terminó con victoria para los granadinos por 2-3.

 

 

 

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