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La guerra de los idiomas


    Asistimos actualmente a la imposición de idiomas regionales exigiendo su cooficialidad con el castellano, que hablan más de quinientos millones de personas.

    No estoy en contra como es obvio del uso de estos idiomas, los habitantes de estas comunidades tienen el derecho de utilizaros por formar parte de su patrimonio cultural y social, estoy en contra cuando se utilizan para poner barreras, para separar.

   Así en Mallorca nos encontramos con la noticia de una sentencia publicada en catalán que no ha podido ejecutarse porque la afectada ha alegado que no conoce este idioma, ha pedido que le sea traducida por los intérpretes que debe tener el juzgado y hasta la fecha no se ha realizado.

   Hace poco apareció la noticia que el gobierno de Uxue Barkos, Presidenta de Navarra ha dado un paso más para regular el uso del euskera en las administraciones de Navarra, a pesar que el Consejo de Navarra ha cuestionado la legalidad de varios artículos del mismo.

   También en Asturias se ha planteado una propuesta por parte del secretario general del PSOE en Asturias Adrian Barbon para que el Bable se cooficial en esta Comunidad, a pesar de ser una lengua que solo habla una pequeña minoría, de hecho el Presidente de esta comunidad, también socialista, se ha opuesto de forma rotunda.

   La imposición del catalán ha seguido en Mallorca,  ha producido problemas pues médicos de esta Comunidad han estado dispuestos a marcharse si se obliga a su uso, lo que crearía problemas sanitarios por la falta de especialistas.

   La Comunidad valenciana sigue un camino semejante tratando de hacer una inmersión lingüística.

   Estas iniciativas obligan además a destinar recursos económicos para conseguir la difusión de estos idiomas que podrían dedicarse a otras necesidades probablemente más importantes.

    Apareció la noticia, hace ya años, que informaba que Josep-Lluis Carod Rovira, vicepresidente de la Comunidad catalana en el año 2008 aprobó una subvención para los “Amigos de la Bresola” que promueve el uso del catalán en el Sur de Francia, también asignó una subvención de 120.000 € al Ayuntamiento de Perpiñan para promover el uso social del catalán, anteriormente ya había dado otras subvenciones con el mismo destino.

   Estas subvenciones fueron muy criticadas por sectores de Cataluña, pues en esta Comunidad todavía hay 842 colegios en barracones

   Me parecen ridículas estas iniciativas, Francia es un país muy centralista, hace unas semanas el presidente Macrón se ha negado a la cooficialidad del corso a pesar que los independentistas de esta región han conseguido unos excelentes resultados en las últimas elecciones regionales, ha señalado de forma muy clara que en Francia el único idioma oficial es el francés.

     Francia es un país muy serio y no juega con estas cuestiones, lo que no se explica es como el PSOE sigue apoyando iniciativas que constituyen una barrera idiomática  en los gobiernos autonómicos donde participa.

   Ha habido siempre un afán disgregador en todos los nacionalismos y el idioma es un arma muy eficaz para sus fines, por ello los políticos, si tienen sentido de estado, deberían velar y no aceptar inmersiones lingüísticas y crear un ambiente de libertad que permita a los ciudadanos usar el idioma que les parezca bien y que sus hijos aprendan en el que ellos deseen.

    Lamentablemente gran parte de nuestra clase política está en otra onda, han permitido imposiciones en este campo y aun algunos las fomentan, todo sea por el poder, no hay estadistas.

   Otto Von Bismarck ya manifestó en su día: “El político piensa en la próxima elección; el estadista en la próxima generación”. No puede ser más cierta.

 

 

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