Antonio Cayetano Ortega Orozco se proclama en Gaucín Campeón de Andalucía de Ultra Trail

Este pasado fin de semana 28, 29 y 30 de octubre se celebró la Gran Vuelta Valle del Genal en la localidad malagueña de Gaucín, siendo además la tercera y última prueba de la Copa de España de ultras, con la singularidad de que se trataba del Campeonato de Andalucía de esta modalidad.

En ella han participado 10 miembros del C.D. Alpino Jarapalos en varias carreras y modalidades destacando el primer puesto de la Categoría general absoluta  de Antonio Cayetano Ortega Orozco logrando ser el campeón de Andalucía de Ultra Trail  y 3º de la Copa de España. Charo Zea logra un segundo puesto en categoría veterana  en la modalidad de Trail  y obteniendo también excelentes resultados Jose Daniel Romero, Adolfo Pérez, Juan Romero y el equipo formado por: Jorge Souza, Cristóbal Doblas y Leovigildo Lopez. No consiguen finalizar por retirada Juan Arenas y Rafael Llorente.

La carrera  recorre los 15 municipios del Valle del Genal: Algatocín, Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benarraba, Cartajima, Farajan, Gaucín, Genalguacil, Igualeja, Jubrique, Juzcar, Parauta, y Pujerra con una distancia total de 130 kilómetros con un desnivel positivo acumulado de 6.000 metros.

            A continuación la carrera contada por el reciente campeón Antonio Cayetano Ortega Orozco:

            “Como se suele decir las espadas estaban en todo lo alto; en la Copa no estaba nada decidido ya que esta carrera puntuaba un 20% más que las dos anteriores por su mayor distancia; estaba en el aire el campeonato y la categoría. Y en el Campeonato andaluz todo estaba abierto, grandes corredores en la línea de salida.

            La semana previa a la carrera las previsiones meteorológicas indicaban que iba a haber lluvia, pero esto no fue así sino justamente lo contrario. El clima durante la carrera fue, salvo al principio, bastante caluroso; lo que endureció aún más la prueba.

            Al ir a ponerme el reloj GPS por la mañana me di cuenta de que no tenía batería, así que me puse mi Casio de los viejos tiempos, la carrera iba a ir por sensaciones, ésta se puede dividir en tres partes bien diferenciadas:

1. Gaucín- Igualeja

            En este tramo todo fue rodado, buenas sensaciones y ritmos de maratón de montaña.

            Sabía que la primera bajada era técnica y se podrían formar tapones, así que me coloqué en cabeza desde el primer momento, con el frontal al máximo de leds, para no tener ningún susto inesperado.

            Francisco Pazo imponía un ritmo fuerte en la subida al cortafuegos y la carrera empezó a abrirse en ese momento, la siguiente bajada se hizo a cuchillo ya que Dani Amat y Miguel Mudarra llegaron desde atrás dando fuerte.

            Luego llegó la subida a Genalguacil y Joan tomó el mando de la carrera, como el Indurain de las CxM, como yo le digo, impuso un ritmo duro de seguir. Dani y Miguel quedaron atrás, nos quedamos Joan, Raúl Cobo, Raúl Daza, Victor, Manuel, Pazo y yo. Uf, aquello empezaba a ponerse interesante.

            Justo cuando llegamos a Genalguacil se hacía de día, es ese momento mágico de las ultras, esa frontera entre el día y la noche; donde el cuerpo se pone en un estado de máxima sensibilidad.

            Al salir del avituallamiento, Joan vuelve a retomar el mando del grupo, pero de repente se para en seco, y se da la vuelta porque se ha olvidado el frontal en el avituallamiento; qué mala suerte pensé! Así que inesperadamente el grupo se queda sin el corredor que iba marcando el ritmo.

            Yo me quedé un poco rezagado con Pazo, pero él tuvo que pararse y entonces yo aceleré un poco para unirme al grupo de cabeza, para no estar en tierra de nadie. Ahora quedábamos cinco corredores en cabeza de carrera; Victor, los dos Raúles, Manuel y yo.

            Al atacar la subida a Jubrique Raúl Daza empieza a tener problemas de calambres y se queda atrás, una pena porque estaba haciendo una gran carrera. Llegando pues al pueblo cuatro corredores.

            En la subida a Jardón me puse a tirar del  grupo, es un tramo que conozco bastante bien y me trae muy buenos recuerdos, además un terreno que me gusta. Así que puse un buen ritmo de subida que Raúl Cobo no pudo seguir, ritmo demasiado rápido que más tarde me pasaría factura. Llegamos a la parte técnica de Jardón donde había un poco de niebla y mucha humedad, qué raro!

            Luego llegó la bajada técnica a Pujerra y posterior subida donde volví a marcar un ritmo alto. Víctor hacía lo propio en la bajada a Igualeja, en un despiste tonto tropecé y caí al suelo, aunque sin la mayor consecuencia, menos mal. De todas formas esto era síntoma de que algo no empezaba a ir bien, me notaba algo pesado del estómago.

            Y por fin llegamos a Igualeja, allí en el avituallamiento me encontraba un poco bajo de azúcar así que comí bastante chocolate, craso error. Llené los bidones de isotónica y continuamos la marcha. Aquí comenzaba mi calvario.

2. Igualeja-Faraján

            Nada más salir del avituallamiento de Igualeja mis dos compañeros se dieron cuenta de que ya no iba tan bien en las subidas, el chocolate junto con la bebida isotónica que nos estaban dando hizo una mezcla explosiva. A duras penas pude seguir el ritmo de Victor y Manu hasta Cartajima y en la siguiente bajada tuve que pararme en seco por culpa de los calambres, algo que nunca me había pasado. Tomé una pastilla efervescente de sales y aquello fue lo que le faltaba a mi maltrecho estómago, me sentaron fatal.

            Por eso la subida y bajada de Los Riscos a Júzcar ha sido, sin duda, el momento más duro de mi vida deportiva. Las piernas no iban, el estómago no iba y no me entraba nada de alimento, sólo agua; menos mal que la cabeza se mantenía en su sitio. Me centré en pensar a corto plazo, mi objetivo era llegar a Júzcar.

            Justo antes de llegar a Júzcar me adelantaba Miguel Mudarra, muy malas noticias ya que me estaba jugando la tercera plaza de la general de la Copa de España con él. De todas formas, esta era la menor de mis preocupaciones, lo principal era arreglar el desaguisado que tenía en el estómago y que me entrase algo de alimento.

            Llegué al avituallamiento de Júzcar y me tomé una coca cola, bendita coca cola me sentó super bien, además cogí un bocadillo de jamón que tenía en la mochila. No me detuve prácticamente nada en el pueblo pitufo, continué la marcha andando mientras me terminaba la coca cola y el bocadillo. Y aquí comenzó el fin de mi calvario, tuve que hacer al menos cinco paradas obligadas y después de esto al cuerpo cambió como de la noche al día.

            Justo en este momento, casi en la subida a Faraján me alcanzaron Pazo y Dani Amat. Me uní a ellos y durante la subida al pueblo Dani se adelantó. En esa misma subida Francisco empezó a encontrarse mal, así que me marché en solitario y cuando llegué a Faraján prácticamente estaba ya recuperado del estómago. Ahora empezaba a haber coca cola en los avituallamientos, que era lo que me entraba en el cuerpo y a partir de entonces mi combustible.

3. Faraján-Gaucín

            El tramo Faraján Alpandeire lo corrí en solitario, recuperando sensaciones y volviendo a mi ritmo de carrera, notaba como volvía a sudar y eso era buena señal. En Alpandeire me encontré con varios amigos que me animaron y motivaron bastante. Al llegar a Atajate pude ver a Miguel Mudarra y Dani Amat saliendo del avituallamiento, aquello me subió bastante la moral.

            Al poco de salir de Atajate, en la primera subida, apareció por atrás Dani Amat que se había parado un momento. Quiso dejarme atrás, pero yo ya me encontraba a pleno rendimiento, así que pude mantener su ritmo e incluso empezar a tirar para alcanzar a Miguel. Estos 10 kilómetros sirvieron para recuperar por completo el ritmo, seguía a base de coca cola y notaba que me estaba poniendo como una moto, era como un volante de inercia que va tomando poco a poco velocidad.

            El tramo Benadalid Benalauría fue más de lo mismo, salvo que el volante de inercia iba cogiendo cada vez más velocidad; Miguel estaba a tiro de piedra y yo cada vez más motivado. Justo al llegar a Benalauría alcancé a Miguel, en este avituallamiento prácticamente no nos detuvimos, Dani quedó un poco descolgado. Hicimos una bajada bastante rápida y en la subida ya impuse un ritmo que Miguel no pudo seguir, así que marché en solitario en busca de Víctor y Manu.

            En Algatocín había un ambiente impresionante, lo que me subió aún más la moral. Me paré lo justo en el avituallamiento y seguí con el ritmo que llevaba. Me encontraba cada vez más cómodo, pude alcanzar a la cabeza de carrera justo antes de llegar Benarrabá.

            Nada más salir del avituallamiento de Benarrabá empecé a tirar fuerte en unas rampas duras que había dentro del pueblo, me distancié y entonces comenzó una bajada técnica que hice a tumba abierta. Sabía que ahora venía una subida dura y fue hasta entonces cuando esperé para tomarme el gel que tenía reservado.

            Así que empecé a subir con fuerza y, aunque me dolían las piernas a rabiar, no iba a dejar de correr ya, hasta que coroné y llegué a la carretera. Sólo me quedaba la bajada al pueblo, ya era noche cerrada y en la lejanía se escuchaba al gran Chito con el micrófono. Tenía la piel de gallina y el corazón me iba a mil por hora. En esa bajada me encontré a varios compañeros de la carrera corta que me animaban cuando pasaba.

            Por fin pude ver las luces del pueblo y llegar a la carretera, corrí y corrí hasta que llegué a la cuesta que te dirigía a meta. Allí me emocioné aún más si cabe al ver a un montón de amigos y amigas esperándome, pero es que también vi que estaba mi hijo Hugo que subió corriendo la cuesta conmigo.

            Y por último ese momento soñado; la cinta, mi mujer, el resto ya es historia…”

Para más información:

http://www.granvueltavalledelgenal.com/

Resultados:

http://ultragenal2016.tempofinito.es/g-live.html?f=GRAN_VUELTA_VALLE_DEL_GENAL_2016.clax

Enhorabuena para tod@s.

C.D. Alpino Jarapalos