"Día del Corpus"

Acabo de llegar de acompañar al Señor por las calles de nuestro pueblo, ese pueblo que tanto quiero a pesar de haber estado tantos años fuera. Según Carlos, mi marido, con el corazón nunca he salido de él. Este día de Corpus, nuestro querido párroco en la homilía nos ha querido agradecer a los presentes estar ahí; unos por tradición, otros por costumbre y otros por fe. Se refería a los niños de comunión. Luego ha llegado la procesión y el primer descanso ha sido en la Plaza de San Francisco, "La Plazoleta", y estando allí ¡me han venido tantos recuerdos de infancia y adolescencia!

En aquella época se vivía con lo imprescindible, todos nos conocíamos y, quiero creer yo, todos nos queríamos.

En el día de hoy todos nos movilizamos, íbamos al cañaveral, lo que hoy conocemos como el parque. Los hombres y las mujeres sacaban sus macetas para adornar el altar. La mayoría eran latas de pintura. Todos aportaban lo mejor que tenían. 

Hoy quiero agradecer a todos los que me precedieron lo que aprendí de ellos, lo poco o lo mucho que tenían lo compartieron con todos. Así, no puedo olvidar que uno de mis regalos de boda fue unos claveles rojos reventones que María había criado en sus macetas de lata.

He recordado las colgaduras del pueblo, cada una sacaba lo mejor que tenía a sus balcones por los cuales pasaba el Señor. Hoy hemos visto muchas colgaduras, pero la mayoría pertenecían al mercadillo medieval.

Quiero agradecer a mi madre que desde muy pequeña nos llevaba a acompañar al señor con tanta fe que nunca llegué a saber si lo hacía por tradición, por costumbre o por fe. 

Al final de la procesión, Reinaldo nos ha dicho: "lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis".