El Copo. ¡Dios salve al Rey!

Ando preocupado por este inicio de año con la posible investidura de Pedro Sánchez y la extraña situación de esta ¿nación? llamada España.

Las ansias de poder del citado señor pueden dar al traste con el modelo de país que nos dimos los ciudadanos allá por mil novecientos setenta y ocho; la citada preocupación se fundamenta en la falta de escrúpulos políticos del “señor NO” en la búsqueda de los apoyos necesarios para ser investido presidente.

Da y reparte España como si este país fuera su cortijo particular.

Anda en una muy peligrosa relación con los enemigos de España, a saber: los separatistas catalanes de Esquerra, aunque igual haría con los seguidores del fugado Puigdemont o con cualquier oportunista que venga a forrarse.

A ellos promete el vértigo de una República desgajada del resto de España pasándose por sus íntimas partes el peso en oro de nuestra Constitución y, hurtándonos poder intervenir con nuestro voto, en esa incongruencia llamada “consulta” sobre Cataluña.

El seguidor de Podemos aplaude a rabiar, junto a los seguidores de Pedro Sánchez, la posibilidad de instaurar una república en España cuando las dos primeras fueron funestas para esta nación; la primera no llegó al año de vida y la segunda tres años para olvidar.

¿Será el camino de esta extraña coalición de Bildu y PSOE, con un popurrí de leches políticas, conseguir la instauración, pasado un cierto tiempo, de la III República?

Reconozco que tengo pesadillas, aunque el jefe del Estado, al que Dios salve, parezca tranquilo tras el cachondeo que Mota y los suyos perpetraron en nochevieja en la primera de TVE. ¿Será un presagio?

Y el detalle es que con 84 años que cumplo este mes todo esto debería preocuparme poca cosa, pero así soy y de ello me enorgullezco.

¡Dios salve al Rey!

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<u>NOTA</u>: Lea el artículo si le apetece, pero que no conste su nombre por lo que pueda ocurrirle.